¿Qué es una gestación anembrionada? Causas y tratamiento

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Ginecóloga explicando gestación anembrionada
Una gestación anembrionada, también conocido como huevo huero, es un tipo de embarazo en el cual se desarrolla un saco gestacional vacío, sin la existencia de un embrión en su interior. Esta situación se produce cuando un óvulo fecundado por un espermatozoide se implanta en la cavidad uterina, pero no se desarrolla el embrión. Se trata, por tanto, de un embarazo en el que no existe posibilidad de dar a luz un bebé. 

Mientras que en un embarazo normal, el óvulo fecundado se implanta en el útero y comienza a desarrollarse un embrión dentro del saco gestacional, en el caso de una gestación anembrionada, aunque el saco gestacional se forma correctamente, el embrión no lo hace de igual manera.

Es una causa común de aborto en el primer trimestre, y es que se considera que una tercera parte de los abortos espontáneos son consecuencia de un embarazo de este tipo.

Una de sus particularidades es que el cuerpo de la mujer puede no reconocer la falta de desarrollo embrionario de inmediato. Por lo tanto, los síntomas típicos del embarazo, entre los que podemos citar las alteraciones hormonales y la falta de menstruación, pueden continuar, haciendo que la mujer sienta que todo está progresando correctamente hasta el momento en el que se realice una ecografía y se diagnostique.

Causas de la gestación anembrionada


Las causas de la gestación anembrionada son variadas y, en ocasiones, difíciles de identificar. Igualmente, existen una serie de factores que se repiten con cierta frecuencia:
  • Alteraciones cromosómicas: La causa más frecuente de un embarazo anembrionado son las anomalías cromosómicas o genéticas que ocurren en el momento de la fecundación. Estos errores pueden estar presentes en el óvulo o en el espermatozoide y pueden llevar a la detención del desarrollo embrionario. Algunas de las alteraciones cromosómicas más comunes incluyen las trisomías, monosomías o poliploidías. Estos problemas genéticos impiden que el embrión se desarrolle adecuadamente, dando lugar a la formación de un saco gestacional vacío.
  • Alteraciones hormonales: Los desequilibrios hormonales también pueden jugar un papel crucial en la aparición de una gestación anembrionada, y es que las hormonas son esenciales para la correcta implantación y desarrollo del embrión. Un desequilibrio hormonal puede afectar a la capacidad del embrión para desarrollarse adecuadamente o también puede impedir que el útero proporcione un entorno adecuado para su desarrollo. Niveles no adecuados de la progesterona, hormona vital para mantener el embarazo, pueden contribuir a esta condición.
  • Edad: A medida que las mujeres envejecen, la calidad de sus óvulos tiende a disminuir, lo que aumenta la probabilidad de problemas genéticos y, en consecuencia, de sufrir un embarazo anembrionado. Este riesgo comienza a incrementarse significativamente a partir de los 35 años.
  • Implantación deficiente: Otra causa potencial del embarazo anembrionado  es una alteración en la implantación del óvulo fecundado en el útero. Esto puede llevar a un desarrollo inadecuado del saco gestacional y a la falta de desarrollo del embrión.

¿Cómo se detecta una gestación anembrionada?


La detección de una gestación anembrionada generalmente se realiza durante las primeras etapas del embarazo, casi siempre en el primer trimestre. Estos son algunos de los métodos mediante los que se puede diagnosticar:
  • Ecografía transvaginal. Este tipo de ecografía permite obtener imágenes detalladas del interior del útero. Durante la ecografía el ginecólogo buscará el saco gestacional. En un embarazo normal, el embrión debería ser visible en el interior del saco gestacional a partir de las 6-7 semanas de gestación. Si por el contrario el saco gestacional está vacío y no se visualiza un embrión, esto puede hacernos sospechar que se trata de una gestación anembrionada.
  • Análisis de los niveles de hCG. La hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) es una hormona producida durante el embarazo que se puede medir a través de análisis de sangre y orina. En un embarazo evolutivo normal, los niveles de hCG aumentan de manera constante durante el primer trimestre. Sin embargo, en una gestación anembrionada, los niveles de hCG pueden no aumentar tal y como se esperaría. Este patrón anormal de hCG puede hacer sospechar que la gestación no evoluciona correctamente y se indicaría la realización de una ecografía.
  • Síntomas físicos. A pesar de la ausencia de un embrión en desarrollo, el cuerpo de una mujer puede continuar mostrando signos de embarazo debido a la presencia del saco gestacional y a la producción de hCG. Estos síntomas pueden incluir la falta de menstruación, náuseas, sensibilidad y cansancio. Sin embargo, con el tiempo, si el cuerpo detecta que no hay un embrión en desarrollo, estos síntomas pueden disminuir. Algunas mujeres llegan a experimentar síntomas de un aborto espontáneo, como sangrado vaginal y dolor abdominal, lo que puede hacer sospechar que se trata de una gestación anembrionada.
  • Historial médico y exploración física. Factores como antecedentes de abortos espontáneos, edad materna avanzada, y problemas de salud subyacentes pueden aumentar la sospecha de una gestación anembrionada. Teniendo en cuenta estos factores, y en caso de ausencia de desarrollo embrionario durante la ecografía, el médico puede confirmar el diagnóstico.

Tratamiento de una gestación anembrionada


Una vez diagnosticado la gestación anembrionada, pueden valorarse las siguientes acciones:
  • Observación y espera. En determinados casos, el médico puede recomendar esperar para ver si el cuerpo es capaz de expulsar el saco gestacional por sí mismo. Este proceso puede llegar a demorarse durante varias semanas, y en todo este tiempo se realizará un seguimiento detallado para asegurar que no haya complicaciones. Además, también se verificará que los niveles de hormonas, como la gonadotropina coriónica humana (hCG), disminuyen de manera adecuada.
  • Tratamiento médico. El uso de determinados medicamentos, siendo algunos de los más comunes el misoprostol y la mifepristona, puede facilitar la expulsión del saco gestacional. El misoprostol induce contracciones uterinas, y la mifepristona actúa bloqueando la hormona de la progesterona.
  • Cirugía. Si el tratamiento médico fracasa, o si se prefiere una resolución  más inmediata, puede llevarse a cabo un legrado uterino. Este procedimiento quirúrgico consiste en raspar las paredes del útero para  extraer y evacuar el saco gestacional. Se realiza bajo anestesia en un entorno ambulatorio. 

¿Cómo evitar una gestación anembrionada?


Prevenir una gestación anembrionada no es sencillo, sin embargo, existen una serie de pautas y recomendaciones que pueden llevarse a cabo para aumentar las posibilidades de tener un embarazo saludable y reducir el riesgo de complicaciones:
  • Mantener una salud general óptima. Esto incluye mantener un peso saludable, llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente.
  • Evitar el consumo de sustancias nocivas como el tabaco, el alcohol o las drogas. Asimismo, también es importante evitar una exposición prolongada a toxinas ambientales y químicos dañinos.
  • Tomar ácido fólico antes y durante el embarazo puede reducir el riesgo de defectos del tubo neural y ayudar a la salud general del embarazo.
  • Si existen antecedentes familiares de trastornos genéticos o problemas reproductivos, existen pruebas que permiten evaluar el riesgo de anomalías genéticas que puedan influir en el embarazo.


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